La chica del tren es una novela escrita por Paula Hawkins, una autora británica que ha conseguido llevar esta novela a nuestras pantallas.
Rachel es una treintañera venida a menos. Desde que su marido la dejó para casarse con Anna, su depresión ha ido a más. Cuando se enteró de que no iba a poder tener hijos, empezó a beber y la relación con su marido se fue a pique. A raíz del divorcio, empieza a acosar a su ex-marido y a su mujer, causando una verdadera enemistad entre ellos.
Rachel finge que cada día va a trabajar a Londres, engañando a su compañera de piso Cathy. Todos los días coge el tren de las 8:04 y al terminar su “jornada” vuelve en el de las 18:00. Siempre que pasa por la estación de Whitney ve a una feliz pareja disfrutando de su jardín. Rachel se centra en ellos y se imagina una historia perfecta, hasta que un día averigua que no es así.
¿Qué vio Rachel desde la ventana del tren? ¿Dónde estuvo la noche del sábado en la que su marido afirmó que estaba borracha. Súbete al tren y descubrirás el resto de la historia.
Al principio de la novela crees que Rachel se imagina cosas y que sufre alteraciones en su humor constantemente. A medida que el libro va avanzando, empatizas con ella y vas descubriendo cosas que te sorprenden.
Las primeras 200 páginas del libro me resultaron bastante pesadas, ya que te cuenta los constantes problemas del alcohol y la rutina de la protagonista, pero no hay mucha acción. A partir de dicha página, el libro empieza a estar interesarte y llega un momento en el que no puedes parar de leer hasta descubrir el final.
Lo marcaría como RECOMENDABLE ya que es una novela en la que se trabaja la empatía aunque algunas partes resulten monótonas.
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